Guayaquil, 8 de febrero, 2017
CIRCULAR DE LA HNA. SARA ABIGAIL ORTEGA CORONEL
La Hermana Sara Abigail Ortega Coronel, nació en Nabón, cantón del Azuay - Ecuador, formó parte de una familia cristiana, sólida y numerosa. Sus padres, Tomás Ortega y Rosario Coronel, con su testimonio de vida, le enseñaron valores y principios de la fe cristiana, esto le ayudó a mirar la vida desde lo sencillo y a maravillarse de la naturaleza.
Desde pequeña aprendió a orar junto a su familia y a amar a Jesús y a María. En su pueblo se vivía la práctica de la Adoración al Santísimo Sacramento y en ella se fue despertando el deseo de una entrega radical al Señor, por eso viajó a Guayaquil para estudiar, prepararse e ingresar a la vida Religiosa. Su tía Matilde Coronel, religiosa de los Sagrados Corazones, fue quien le ayudó a ponerse en contacto con nuestra Congregación y su espiritualidad.
El 20 de abril de 1970, día de la Virgen Dolorosa, ingresó a la Comunidad de Guayaquil como aspirante, su primer contacto fue con la Hna. Lastenia León ss.cc., de quien tenía un recuerdo muy significativo, por el recibimiento que le dio a su llegada. Desde entonces formó parte de la familia SS.CC.
El 15 de marzo de 1978 inició su postulantado, en Cruzpamba, (Conocoto), su Noviciado el 24 de septiembre de 1978, sus primeros compromisos de pobreza, castidad y obediencia el 27 de septiembre de 1980 en Rumipamba, y su Profesión Perpetua el 10 de agosto de 1987 en la misma Comunidad.
En su formación le acompañaron las Hnas. Clemencia Vela, Rosa Virginia Moncayo y Dorotea Mora, de quienes guardó inmensa gratitud.
Antes de iniciar su noviciado, vivió la primera experiencia misionera, recuerdo que lo guardó siempre en su corazón, allí se despertó su espíritu misionero que lo mantuvo durante toda su vida; porque allí aprendió a enfrentar varios desafíos. También tuvo la oportunidad de trabajar con la Pastoral Juvenil Vocacional con los Hermanos SS.CC. y ella recordaba, hasta el final, el I Congreso “Buen Padre” al conmemorar los 150 años en 1987, y luego el Congreso Misionero con 800 jóvenes, donde el impulsador fue el P. Emmanuel De Bézenac, ss.cc.
Tuvo la experiencia de ser educadora en la Congregación, que ya antes lo había ejercido en un colegio particular vecino a nuestro Colegio de Guayaquil.
Más tarde, en la Universidad, se preparó como maestra y trabajó en los Colegios de Rumipamba, Salinas y Corazón de María de Guayaquil. Pero donde ella se sintió más realizada fue en los diferentes lugares de misión en los que estuvo presente: Shell en la Provincia de Pastaza, donde trabajo con indígenas de diferente lengua y costumbres, una pastoral dura y desafiante; también trabajó en La Unión de la Provincia de Esmeraldas, Villegas y Monterrey de la Provincia de Santo Domingo, donde siempre se sintió a gusto, trabajando en las Comunidades de Base, pastoral que plenificaba su vida; siempre desde su limitación de salud.
Por prescripción médica tuvo que ir a Salinas, porque sus pulmones tenían mucha dificultad de respirar normalmente y el agua salina fortalecía sus vías respiratorias. Este último tiempo los vivió en la Comunidad de Guayaquil; su vida fue una constante oblación al Padre, estuvo muy unida a la cruz de Cristo, y estamos seguras que el Buen Dios acogió su oración constante y suplicante en medio del dolor y la soledad.
Las Hermanas de la Comunidad SS.CC. Guayaquil estamos seguras de que nuestra hermana Sarita fue recibida en el cielo y junto a nuestros y hermanos y hermanas que la precedieron, está cantando el “Gratias Infinitas” al Dios del Amor; sin embargo, les pedimos aplicar por ella las oraciones prescritas por nuestra Congregación.
Rosario Ramírez, ss.cc.
y Hnas. de la Comunidad SS.CC. Guayaquil
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