Cuenca, 13 de Julio de 2012
CIRCULAR
MARÍA NATIVIDAD GALÁN ABRIL
Queridas Hnas. y Hnos.:
Abramos los oídos de nuestro corazón a lo que nos dice San Pablo y unámonos a nuestra Hna. María Natividad, quien descansó en la paz del Padre Dios, el 13 de Julio 2012, a las 17:00H.
María Natividad Galán Abril, nació el 9 de mayo, de 1920, en el cantón Cumbe Provincia del Azuay - Ecuador. Perteneció a una familia numerosa, sus padres muy creyentes con buenos principios, fueron preparando a sus hijos para la vida y abiertos a los designios de Dios sobre ellos; tres de sus hijas escogieron la vocación religiosa en los Sagrados Corazones y entre la familia cuentan con algunos sacerdotes y religiosas.
Inició el postulantado, el 13 de Julio de 1940, en la Comunidad SS.CC. de Cuenca. Llegó a San José de Rumipamba-Quito, donde tomó el hábito religioso el 2 de Febrero de 1942, hizo su profesión temporal el 6 de Enero de 1943 y su profesión perpetua, el 24 de Septiembre de 1948.
En las diferentes comunidades ha prestado sus servicios en la Pastoral Educativa como maestra de música y de labores. Se desempeñó también como ecónoma y costurera de la comunidad; estuvo unos años en las misiones del Oriente Shell Mera y finalmente, en la comunidad de Cuenca, donde se destacó por su gran espíritu de pertenencia, disponibilidad, servicio y su celo por la Adoración Reparadora, expresándolo en sus largos espacios en la Capilla y su austeridad permanente.
María Natividad vivió con mucha fidelidad y amor su consagración religiosa, dejándonos un gran testimonio de entrega a los Sagrados Corazones de Jesús y de María a quienes amaba con toda su alma. Ella pasó 7 meses de postración con unas hernias en la columna y dolores insoportables, hasta que los últimos días el dolor se fue apaciguando o ella se iba acostumbrando y entrando en una etapa de paz, preparándose para el encuentro con el Señor, en la fiesta de San Enrique y onomástico de nuestra santa fundadora. Que con ella comparta a plenitud la vida del Resucitado y nos ayuden a ser verdaderas hijas de los Sagrados Corazones.
Estamos seguras de que nuestra hermana goza ya de la presencia del Padre, sin embargo, pedimos para ella las oraciones que señalan nuestras Constituciones.